viernes, 10 de octubre de 2014

La Virgen del Pilar de la Catedral de Cuenca. Sus secretos


La Capilla de la Virgen del Pilar en la Catedral de Cuenca
Por: José María Rodríguez González

Aproximándose el doce de octubre y como un domingo cualquiera acompañé a mi abuelo a misa de doce a la Catedral. Él solía explicarme con detalle los símbolos que albergan cada capilla aprovechando la festividad que dió pie a su construcción.

¿Josemari sabes que tenemos una capilla dedicada a la Virgen del Pilar en la Catedral? No abuelo, pues es la primera, ésta de la derecha, si abuelo, parece una iglesia en pequeño. Buena observación Josemari. Esta capilla fue concebida así por el arquitecto que la realizó, D. Martín de Aldehuela, posee crucero con linterna. Poniéndome en medio de la capilla me hizo mirar hacia arriba, divisando una pequeña cúpula con ventanitas, aseveró mi abuelo: ¿ves esa pequeñita torre? si abuelo, pues esa es la linterna. En el presbiterio esta la imagen de la Virgen del Pilar y sobre ella está esa paloma que representa al Espíritu Santo. La capilla fue concebida para que en los equinoccios de otoño e invierno la luz incida sobre ella pareciendo como si en esos momentos volviera a suceder el milagro de la aparición al apóstol Santiago en Zaragoza.

Lo más interesante de la capilla es la ornamentación que posee, pues aparece en los relieves de los estucos que descubren los milagros que a través de los siglos la Virgen del Pilar ha realizado.
Aparición de la Virgen a Santiago

¿Cuáles son estos milagros abuelo? El primer estuco representa la aparición de la Virgen a Santiago.  Según la leyenda sus orígenes se remontan al año 40. En la tradición cristiana el día 2 de enero la Virgen María se apareció a Santiago en carne mortal y como testimonio de su visita dejó una columna de jaspe conocida popularmente como “el Pilar”. ¡Ah por eso la Virgen esta sobre esa columna! Eso es Josemarí. Para la conmemoración de este hecho, Santiago y los siete primeros cristianos de la ciudad edificaron una capilla con adobes a orillas del río Ebro. Para testimoniar este hecho fue recogido en un manuscrito de 1297 de los “Moralia, sive Expositio in Jab”, de Gregorio Magno que se custodia en el Archivo del Pilar.

 Y este otro representa, el milagro de Calanda. Es otro milagro de la Virgen que repuso la pierna que le fue amputada a un pobre hombre. ¿Cómo fue eso abuelo? Sentémonos en el banco y te cuento la historia que es algo larga. Si abuelo.

Milagro de Calanda
Este milagro es uno de los más documentados de la historia de la cristiandad y versa sobre la regeneración de la carne. El protagonista de los hechos es Miguel Juan Pellicer Blasco un hombre burdo, analfabeto, nacido en marzo de 1617, es el segundo de ocho hermanos de una familia de labradores, la única instrucción escolar que recibe es la de la catequesis. A la edad de 19 años se traslada a Castellón a casa de su tío materno, en junio de 1637 la rueda de un carro le pasa por encima de la pierna derecha fracturándole la tibia. En el Hospital Real de Valencia el día 3 de agosto de 1637 es ingresado, según el libro de registro. Dado de alta y después de dos meses de viaje llega a Zaragoza a primeros de octubre. La primera visita que realiza es al templo de Ntra. Sra. del Pilar, ingresando en el Hospital General de Ntra. Sra. de Gracia, amputándole la pierna por debajo de la rodilla. Se le colocó en el hospital una prótesis de madera en la primavera de 1638. Ante esta desgracia tuvo que dedicarse a la mendicidad para poder sobrevivir, pedía limosna en las puertas de Pilar, asistiendo diariamente a misa en la Santa Capilla, a la vez que se ungía con aceite de las lámparas el muñón de su pierna para intentar suavizar el dolor.

Ante esta situación decide en 1640 regresar a Calanda. Al llegar a su casa y no pudiendo realizar tereas del campo, decide recorrer la comarca para recoger algo que poder llevar a su casa. Este hecho da veracidad del milagro al ser visto por infinidad de gente de los pueblos con las que trataba que Miguel Juan sólo poseyera una pierna. El 29 de marzo de 1640, después de una dura jornada de trabajo regresa a su casa. La habitación que ocupaba en su casa fue alquilada a un soldado por razones de necesidad económica, por ello su madre le prepara una yacija con un serón de esparto y sobre él un pellejo al lado de la cama de sus padres. Esa noche tiene unos dolores fuertes en el resto de la pierna amputada, no obstante consigue dormirse. Eran aproximadamente las diez y media de las noche cuando sus padres entran en la habitación y perciben una fragancia y olor suave no acostumbrados allí, y al acercarse su madre para comprobar cómo se había acomodado Miguel Juan en el lecho improvisado, ve con admiración que por debajo de la capa que lo cubre asomaban dos pies cruzados. Al levantar la capa ve asombrada que la pierna que le fue amputada había sido restablecida incluso con las viejas cicatrices  en la nueva pierna.

Abuelo eso es difícil de creer por mucha gente que lo viera con una sola pierna. Cierto por ello el dos de abril, cinco días después del milagro, el Lunes Santo, el notario de Mazaleón, D. Miguel Andreu levantó acta notarial de tan impresionante hecho. El original de este Acta Notarial, con todo el protocolo del año 1640 se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza. El 25 de abril llegan a Zaragoza para dar gracias a la Virgen del Pilar, Miguel Juan y sus padres. El Cabildo de Zaragoza remitió al Conde-Duque de Olivares la información del hecho para que a su vez la pusiera en conocimiento del Rey Felipe IV, de esta forma sabemos con toda veracidad la verdad de este milagro.

Obispo Don Idelfonso
¿Y este medallón donde está la Virgen colocándole un poncho a ese cura? No Josemari no es un poncho es una casulla y ese cura es el Obispo de Toledo D. Idelfonso, que lo fue desde el año 657 al 667 y que defendió el dogma de la virginidad de la Virgen María. Cuéntame esa historia. Pues mira la leyenda dice que un día de diciembre, el obispo Ildefonso se dirigía con unos sacerdotes a la iglesia mayor de Toledo, situada en el lugar que hoy ocupa la Catedral. Tras abrir el portón y penetrar en la nave descubrieron una intensa luz en el altar. Los acompañantes salieron corriendo del lugar al ver que esa luz se movía y se desplazaba. Idelfonso no sintió miedo y aproximándose al lugar observa que la luz provenía de la imagen de la Virgen María, acompañada de un numeroso número de ángeles que entonaban cantos celestiales. La Virgen le hace señas para que se aproxime y  se arrodilla ante su presencia. La Virgen le dice: “Tú eres mi capellán y fiel notario. Recibe esta casulla la cual mi hijo te envía” y tras estas palabras fue la misma Virgen quien impuso la casulla sobre Ildefonso, dándole instrucciones de utilizar ésta prenda sólo en las festividades dedicadas a Ella. Esta escena es una de las más abundantes en la iconografía del santo, siendo representada frecuentemente en la pintura y escultura en los siglos XVI y XVII por los artistas como Velázquez, Murillo, Zurbarán, El Greco, Berruguete, etc.

San Juan niño
¿Y estos dos niños Jesús que hay en ambos lados del altar qué representan? Mira uno si es el niño Jesús pero la otra imagen es San Juan  Bautista, primo de Jesús de niño. El estar aquí ambos trata de representar el momento en que la Virgen presenta a su hijo a San Juan Bautista de cabello oscuro que porta una pequeña cruz. La actitud de Jesús, en disposición de abrazar tanto a su primo como a la cruz adquiere un doble significado afectivo y teológico. Estas dos tallas son de Nicola Fumo del siglo XVI-XVII, este escultor es italiano y fue considerado uno de los más destacados estatuarios napolitanos en madera de esa época, son de gran valor artístico.

¿Este otro estuco representa San Julián y la Virgen, verdad? Si, de éste ya te sabes la historia. Si abuelo representa el tránsito de su muerte cuando la Virgen viene a llevárselo, eso es, está representado también en la capilla del transparente. Así es Josemari.
Niño Jesús

Terminada las explicaciones salimos de la Catedral habiendo aprendido que tan importante es lo grande como lo pequeño y que de todo se aprende en esta vida.

Cuenca, 12 octubre de 2014

José María Rodríguez González. Profesor e Investigador Histórico

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