Don Fernando, el
infante conquense
El hijo de Doña Leonor
de Plantagenet nacido en Cuenca hace 828 años
Se aproximaba el día de mi
cumpleaños y como todos los domingos subí a casa de mi abuelo para acompañarlo
a su misa dominical. Hacía un frío invernal ese 18 de noviembre, con nuestra
bufanda anudada al cuello partimos para la Catedral.
¿Sabes Josemari en que mes estamos?
Quedé sorprendido ante la pregunta de mi abuelo, contestando, si Noviembre,
¿saber que personaje importante nació en este mes aquí en Cuenca? Pues no se me
ocurre, ¡que conste que yo nací en este mes! ya Josemarí, pero tu tal vez
llegues a ser importante algún día. Unos nacen y otros se hacen un hueco en la
historia. Me refiero que en este mes, el domingo 29 de noviembre de 1189 nacía
en Cuenca Don Fernando de Castilla, hijo de Alfonso
VIII, heredero y sucesor al trono de Castilla. Entonces Cuenca se
vestiría de gala por el acontecimiento, si abuelo, ¿me contarás lo que sucedió con
ese nacimiento? Sí pero después de misa porque de lo contrario no llegaremos a
ella. Vale, contesté muy contento. Subimos las escales de la Catedral y
enfilando la nave Sur llegamos a la
capilla Honda. A mi abuelo le gustaba sentarse en los sillones de madera. En
medio de la capilla una estufa circular de chapa con un tubo largo que acertaba
a salir por la ventana derecha conducía el humo al exterior de la estancia. Al
lado contrario un cajón de madera que contenía troncos de leña. ¡Josemari,
atiza el fuego de la estufa, mete unos leños que esto esta frío! Levantándome
presuroso, cogí dos tarugo y unas teas y los metí dentro de la estufa, pronto
la chapa cogió un color rojizo y el lugar templo el frío.
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Leopardos heráldicos de los Plantagenet |
Al terminar la Misa nos quedamos
sentados en nuestros asientos y una vez que el público salió nosotros
permanecimos allí y comenzó mi abuelo:
Los padres de la reina fueron, la
gran Leonor de Aquitania, reina de Francia y su padre Enrique II Plantagenet, rey de
Inglaterra. Emplearon a la joven Leonor de Plantagenet como pieza de ajedrez
casándolo con nuestro joven rey D. Alfonso VIII, ella tenía 10 años y él 15. La
mayoría de edad se tenía a los 14 años. Su matrimonio sirvió para reforzar
nuestras fronteras con Francia.
Doña Leonor tuvo a lo largo de su
vida diez hijos. Don Fernando nació en
Cuenca, fue el sexto, pues antes nacieron: Berenguela (1179-1246), Sancho
(abril 1181 - julio 1181), Sancha (1182 -1184), Urraca (1186-1220), Blanca
(1188-1252) y Don Fernando que nació el 29 de noviembre de 1189 y murió en
Madrid el 14 de octubre de 1211, heredero de la Corona de Castilla. Y después
nacieron: Mafalda de Castilla (1191-1204), Leonor (1190-1244), Constanza de
Castilla (1195-1243) y Enrique (1204-1217) que sucedió a su padre, Alfonso
VIII, con el nombre de Enrique I.
El nacimiento de Don Fernando
vino a coincidir con la terminación de la guerra que sostenía Castilla con el
reino de León, cuyo monarca pidió la paz ese mismo año, siendo una de la
cláusula de capitulación el matrimonio con la infanta Doña Berenguela, hija mayor
de Alfonso VIII.
Como la codicia no tiene límite,
te diré que Doña Berenguela había sido prometida con capítulos matrimoniales y
firmados al hijo de Federico I, Emperador de Alemania, el apuesto Conrado
Barbarroja; pero al nacer Don Fernando, que heredaba el trono de su padre se
deshizo el acuerdo. De no haber sido varón el nacido, el trono lo hubiera
heredado su hermana y Conrado hubiera sido rey consorte.
Es de suponer, abuelo, que la
ciudad de Cuenca celebraría el acontecimiento. Mira Josemari, aun cuando nada
dicen las crónicas, que hasta ahora se conocen, de la fiesta con que se celebraron
tales acontecimientos, es indudable que las hubo. Como te he dicho eran tiempos
de continuas batallas y con ello también eran aficionados a la buena y
abundante mesa, es de suponer que aprovecharían el acontecimiento para aumentar
el condumio de los varios yantares diarios, el almuerzo a la hora tercia, luego
la merienda y después la comida del anochecer que tiempos más tarde la
llamarían cena. ¿Y que se comía entonces? Pues la carne de caza en abundancia,
entre platos de huevos, cuajadas y dulces irían los yantares que con sólo el
cuchillo y la cuchara tomarían de las bandejas, que el tenedor es mucho más
moderno, aunque la gente bien, cumpliera los preceptos que luego había de
ordenar Alfonso X para ser enseñada a los príncipes: “non les deben consentir que tomen el bocado con todos los cinco dedos
de la mano, para que non les fagan grandes”.
¿Sólo lo celebraron comiendo? No,
los caballeros se divertirían bohordando o tirando con arco y ballesta, sirviendo a la vez de distracción
pública, mientras los plebeyos tiraban a la barra, lanzaban piedras o jugaban a
los bolos y quién sabe si ya conocerían las vaquillas enmaromadas, que siempre
fueron los conquenses aficionados a los toros y en el patio del Alcázar los
disfrutaran.
¿Don Fernando se crió en Cuenca?
Su niñez la pasó en esta misma ciudad que tú y tan conquense como el que más.
Don Fernando alimentó las esperanzas de sus padres y de los súbditos con su
valentía y buen carácter. Sin embargo, murió en 1211, con tan sólo veintidós
años, tras una expedición contra los
musulmanes por Montánchez y Trujillo.
¿Se sabe algo más de Don
Fernando? Si, al comienzo del siglo XIII el único enemigo que le quedaba a
Alfonso VIII era los almohades. Había sufrido una derrota en Alarcos y es de suponer
que tuviera sed de resarcimiento. La lucha contra musulmanes era una fuente de
prestigio al estar apoyada por el Papa. Alfonso VIII decide no renovar la
tregua con los Almohades en 1210 y prepararse para la confrontación. El infante
Don Fernando, hijo de Alfonso VIII, era uno de los mayores partidarios de no
renovar la tregua y escribió al Papa Inocencio III en 1210 explicándole sus
deseos. El Papa responde ese mismo año exhortando a los obispos hispanos a que
propusieran la guerra en sus diócesis y concedieran a los participantes en la
lucha los mismos derechos que a los cruzados. Como se ve Don Fernando era un
joven valiente que acompañaba a su padre en las batallas que se celebraron
durante su existencia, en 1211 a su regreso murió en Madrid de fiebres.
Las esperanzas que se pusieron en
la persona de Don Fernando se fueron al traste, ocasionando un profundo dolor
con su pérdida. A su muerte el trovador Guiraut de Calanson señala que Don
Fernando era “agradable en toda acción” y “amable” en el aprecio tanto de la
dama como del caudillo, como demuestra el planh
(1*) de Guiraut de Calanson, las affabilitas (las virtudes) está bien
documentada en la poesía trovadoresca de la corte de Alfonso VIII.
Decían de Don Fernando: “Si Dios hubiera placido amar tanto a este
mundo, debiera haber sido caudillo e guía, Fernando, el hermoso, el bueno, el
agradable en toda acción, el liberal, el franco, el valiente y el amable, con
el que parecía que fuesen compensadlos el Joven Rey, Ricardo el famoso y el
conde Jaufré, los tres valiente hermanos, a quienes se parecía en cuerpo y
facciones, y en magnanimidad y en ser padre de todos los bienes, que ahora es
dolor de valentía y de generosidad”. Como ves el planh (1*) destaca primero
la belleza del infante y luego afirma su parecido físico con sus tres
tíos: Guillermo de Inglaterra, el famoso Ricardo Corazón de León y el conde
Godofredo de Bretaña, cuya agradable presencia física se suponía.
Con la muerte de Don Fernando comenzó
la decadencia de Cuenca, al marchar los reyes de nuestra ciudad.
Después de estas explicaciones
salimos de la Catedral enfilando la calle de Alfonso VIII. Ese día aprendí que
nuestra ciudad fue lugar de reyes e infantes y que Cuenca fue cuna de un gran
hombre que se vio truncada su vida por la enfermedad y con ella el futuro de
esta ciudad.
Cuenca, noviembre de 2014
José María Rodríguez González.
Profesor e investigador histórico
Fuentes:
-
(1*)
Planh: Obra lírica.
-
“Leonor
de Plantagenet y la consolidación castellana en el reino de Alfonso VIII”. José
Manuel (2012).
-
Poesía
juglaresca y juglares. Orígenes de las literaturas románicas. 1942. Madrid.
Austral 1991.
-
“Curia
y cortes en el reino de Castilla”. Las cortes de Castilla y León en la Edad
Media. Vol.1 Valladolid: Cortes de Castilla y León, 1988. 104-51
-
Los
trovadores en España. 1861. Barcelona CSIC, 1966
-
La
Literatura en la corte de Alfonso VIII de Castilla. Antonio Sánchez Jiménez.