Orígenes, advocación y
tradición en Cuenca
El retablo de la Virgen de las
Nieves de nuestra Catedral está situado al principio de la nave Norte antes de
entrar al crucero, es de estilo barroco, realizado en el año 1717 por Francisco
Pérez y Fernando Martínez.
Retablo de la Virgen de las Nieves |
Muchas cosas he de agradecer a mi
abuelo Sabino, y una es el despertar en mí el interés por la Catedral y el
descubrirme puntualmente sus secretos. En cierta ocasión me regaló una libreta
donde me hacía apuntar las cosas que me decía, comentándome con frecuencia que
“es de hijo bien nacido conocer su pasado, su historia y no avergonzarse nunca
de su procedencia”.
Era un domingo del mes de agosto
con un sol de justicia, ¿qué mejor sitio donde estar, que en el interior de la Catedral? Ese domingo me dijo
que como era la festividad de la Virgen
de las Nieves (5 de agosto) me contaría su historia. Después de misa nos
sentamos en un banco situado enfrente del retablo, habían puesto también
reclinatorio por motivo de la festividad.
Comenzó a relatarme que esta
advocación mariana se inicia por el siglo IV, naciendo en Italia y se extendió
por España, Portugal y la llevamos a Latinoamérica.
Virgen de las Nieves |
Su origen procede de la época del
Papa Liberio (año 352-366). Existe una historia de un matrimonio rico de la
nobleza patricia de Roma. Este matrimonio no había tenido hijos y viendo que
sus vidas se agotaban quisieron invertir su fortuna en practicar la caridad con
los necesitados. Devotos que eran de la Virgen María solicitaron su ayuda y una
noche tuvieron un sueño o una visión en la que les decía que allí donde se les
señalara se construyera un templo en su honor. La mañana del 5 de agosto de año
358 al abrir la ventana de su habitación vieron sorprendidos que el monte Esquilino
de Roma estaba nevado, ellos lo interpretaron como un hecho extraordinario y
por ello la señal esperada. Puestos en contacto con el Papa Liberio se
construyó el templo bajo la advocación de la Virgen de las Nieves. La iglesia
desapareció mucho tiempo después de la muerte de este matrimonio. Fue el Papa
Sixto III en el año 434 mandó construir en ese mismo lugar lo que hoy conocemos
como la Basílica de Santa María la Mayor.
Texto izquierdo |
Texto central |
Texto izquierdo |
Según se cuenta el lunes 13 de
agosto de 1492 se formalizaron las condiciones a que había de sujetarse la obra
del altar que se edificaría en la catedral. Se le encargó a Hegas Gutiérrez,
residente en Yepes, determinándose que debería de llevar una Virgen con Niño,
con un manto de azul fino con ángeles, con el Papa y Cardenales a un lado y los
Reyes al otro. La corona de Nuestra Señora sería de oro y la corona debería ir
guarnecida de piedras y perlas de colores. Después de esto no aparece ninguna
referencia hasta que en la sesión de 10 de abril y más tarde en la de 22 de
agosto de 1716 aparece en actas los acuerdos y condiciones y otorgamiento de la
obra para su realización a Juan Francisco de León, Maestro de dorados, vecino
de Cuenca, que empezaría por “aparejar dicha obra con sus manos de yeso grueso
y yeso mate y conforme arte para que el oro salga con buen lustre” haciendo
“toda la talla y moldura de oro limpio bien bruñido y resonado” con “los lisos
y campos… de diferentes jaspes bien bruñidos y barnizados”. Además “la imagen de
Nuestra Señora se ha de dorar y estofar y cabeza y manos se han de encarnar a
pulimento”.
Imagen de la Virgen de las Nieves |
A pesar de la buena voluntad de
los maestros, no se pudo inaugurar el día de la Virgen (5 de agosto) y hubo de
retrasarse hasta el 4 de septiembre, celebrándose con luminarias la noche
precedente; colocada primeramente la imagen en la Capilla del Sagrario, se hizo
procesión con ella, llevándose al altar Mayor.
En cumplimiento del ofrecimiento
hecho en 1492, se celebra anualmente, ante este altar, una misa el día de Nuestra
Señora de las Nieves, con asistencia de una representación del Ayuntamiento. A
este respecto y no hace muchos años, se produjo una anécdota:
Escudo de armas del benefactor |
Se cuenta que un año en que sin
duda por olvido, no acudió la representación municipal a la celebración eclesiástica
y hubo de empezar la misa sin su asistencia. Al no ser ocupados los sitios
reservados a las autoridades, un vecino allí presente, pasó al sillón de la
primera autoridad y aun hizo que por otros “circunstantes” (asistentes)
ocuparan los demás asientos en los que permanecieron durante la ceremonia;
terminada ésta y por algún alto funcionario, les fueron pedidas explicaciones
con requerimiento de que manifestaran quiénes eran ellos para invadir el lugar
del Ayuntamiento, no encontrando qué responder cuando le contestó alguno de los
presentes que toda vez que los representantes del pueblo no cumplían con el “voto”
(petición) de la Ciudad , eran los propios vecinos los que tenían que hacerlo.
Escudo de Cuenca |
Tienes toda la razón abuelo, y
ambos de la mano salimos de la Catedral habiendo aprendido la lección del día.
Cuenca, 5 agosto de 2014
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